Huakal, la marca de alta artesanía mexicana, presenta su nueva colección de piezas únicas, una serie de creaciones excepcionales que rinden homenaje a la riqueza técnica, estética y simbólica de las tradiciones artesanales de México.
Cada pieza ha sido cuidadosamente elaborada por Creadores Artesanos que dominan Técnicas ancestrales como el lacado de Olinalá, el Barro Vidriado, el Barro al Negativo y el modelado con Pastillaje. El resultado es una colección profundamente contemporánea en su propuesta artística, pero firmemente enraizada en el saber tradicional.
“Esta colección celebra la diversidad de oficios que dan forma a nuestra identidad cultural”, afirma el equipo de Huakal. “Al reunir distintas técnicas en una propuesta curada, buscamos que cada objeto dialogue con el diseño actual, sin perder su esencia artesanal”. Entre las piezas destacan guajes lacados de madera de linaloe de Olinalá, objetos en barro vidriado con acabados únicos, vasijas que revelan figuras en negativo tras el proceso de horneado y esculturas excepcionales modeladas con pastillaje de barro que narran historias simbólicas. Más que objetos decorativos, estas piezas son obras vivas que reflejan el talento, la memoria y la riqueza cultural de comunidades artesanas de México.
La colección está disponible en Casa Huakal, el showroom de la marca en Ciudad de México, y podrá ser visitada con cita previa. Agenda tu cita en ventas@huakal.com
Descripción de pieza
Piña Barro Vidriado Roseta Azul
Barro Vidriado: Técnica ancestral que transforma el barro cocido en una superficie brillante y vívida mediante la aplicación de esmaltes minerales. Al ser horneadas, las piezas adquieren un acabado vidrioso que resalta formas y pigmentos, creando una fusión de funcionalidad y belleza que ha perdurado por generaciones.
La historia de las piñas de barro vidriado de Michoacán
Las piñas de barro vidriado son una de las expresiones más emblemáticas de la cerámica mexicana y tienen su origen en San José de Gracia, una comunidad de artesanos ubicada en el estado de Michoacán. Estas piezas, reconocibles por su forma escultórica y ornamental, surgieron a mediados del siglo XX como una evolución de la alfarería tradicional de la región.
Inspiradas en la forma de la fruta tropical, las piñas comenzaron como elementos decorativos en festividades religiosas y celebraciones locales. Con el tiempo, se transformaron en verdaderas obras de arte cerámico, destacadas por su complejidad técnica y su valor simbólico: la piña representa abundancia, hospitalidad y fertilidad, convirtiéndose en un objeto muy apreciado tanto en México como en el extranjero. Cada piña es modelada a mano y decorada con rosetas aplicadas una por una, en un proceso meticuloso que puede durar varios días. Posteriormente, la pieza se cubre con vidriado de plomo o estaño, que al ser horneado a altas temperaturas le otorga un acabado brillante, casi vítreo, que realza la profundidad de su diseño. Hoy en día, las piñas de barro vidriado son consideradas piezas maestras dentro de la artesanía mexicana y han sido exhibidas en museos y colecciones de arte popular a nivel internacional.
Guaje Olinalá Mostaza y Marrón
Olinalá: Originaria del pueblo de Olinalá, en la montaña de Guerrero, esta técnica artesanal es una de las más finas y antiguas del arte mexicano. Se distingue por la elaboración de cajas, cofres, guajes y muebles de madera aromática, decorados con minuciosas técnicas de laqueado y pintura a mano. Esta pieza única toma la forma orgánica del guaje – vasija tradicional mexicana-decorada con la técnica de Olinalá. Lacado a mano con pigmentos naturales, su silueta aporta una estética suave y escultórica. Los delicados motivos decorativos han sido aplicados con técnicas tradicionales como el rayado fino, revelando un nivel de detalle que solo los grandes Maestros de Olinalá dominan. El resultado es una pieza que fusiona función, forma y herencia cultural.
Vasija Barro al Negativo Negro y Azul
Barro al Negativo: Técnica tradicional en la que los diseños se crean aplicando un engobe oscuro sobre el barro claro. Durante la cocción, el contraste entre ambos materiales revela motivos decorativos en negativo, como si las figuras emergieran desde el interior de la pieza. El resultado es un acabado sobrio, elegante y profundamente simbólico. Esta pieza única destaca por su elegante contraste en tonos negros y azules, resultado de la técnica de barro al negativo, en la que los diseños se revelan tras la cocción como impresiones sútiles y profundas. Los motivos geométricos y florales se entrelazan en la superficie como un lenguaje visual ancestral, evocando equilibrio, naturaleza y simbolismo. Una obra que conjuga precisión artesanal con una estética contemporánea.
Barro Vidriado: Técnica ancestral que transforma el barro cocido en una superficie brillante y vívida mediante la aplicación de esmaltes minerales. Al ser horneadas, las piezas adquieren un acabado vidrioso que resalta formas y pigmentos, creando una fusión de funcionalidad y belleza que ha perdurado por generaciones.
Jarrón de barro vidriado con caras, inspirado en las icónicas obras de la Creadora Artesana y Maestra alfarera Dolores Porras. Este jarrón es una réplica fiel elaborada por su hijo Norberto Regino Porras. Modelado en barro y decorado con rostros en relieve, combina el carácter expresivo de la cerámica tradicional de Atzompa con el brillo distintivo del vidriado de alta temperatura. Una pieza que honra el legado familiar y la identidad de una de las grandes figuras de la alfarería oaxaqueña.
Escultura Barro en Pastillaje
Barro Modelado en Pastillaje: Técnica artesanal que consiste en crear pequeños elementos tridimensionales, o “pastillas” de barro, que se aplican cuidadosamente sobre la superficie de una pieza para formar relieves decorativos. Este detallado trabajo manual permite generar texturas y motivos escultóricos con gran delicadeza, aportando volumen y profundidad a cada obra.
Escultura “Muñeca Teodora”
Esta maravillosa escultura es una obra maestra de Elizabeth López, nieta de la legendaria Teodora Blanco, referente indiscutible de la alfarería mexicana. Modelada con la delicada técnica de pastillaje en barro, la pieza destaca por sus relieves y detalles minuciosos que evocan la tradición y el legado familiar. La “Muñeca Teodora” representa no solo una figura artesanal, sino un símbolo vivo de la continuidad y renovación del arte popular, fusionando la herencia ancestral con la sensibilidad contemporánea de su creadora.
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